Qué falta es el saber
lo que el hombre no entiende,
qué dañino puede ser
curar los males de la gente.
Cuatro mujeres en línea,
una avanza.
Cuatro mujeres pecaron,
condenadas en la plaza.
No soy bruja,
soy una mujer inteligente
¿Qué clase de personas sois
que me tratáis de hereje?
Me mandáis quemar
¿En qué posición os pone eso?
Insolentes subyugados
abrid los ojos, para ellos
no sois más que carne y huesos.
El coraje de un corazón valiente
no fue de aquellos que condenaron,
fue de las mujeres que quemaban
porque todas ellas lucharon.
Gritaron al viento
«Libertad»
Lágrimas de rabia y pena
por una ingrata humanidad.
Uno de los episodios más repugnantes de la historia, que todos prefieren pasar, como diciendo, bueno… mira, la época, la ignorancia, y hablan de el como de algo del pasado, pero subyace, ..es un pozo hambriento de almas valientes, que rellenan los cobardes. Bello escrito, Sara.
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Muchas gracias por tu comentario, lamentablemente es así pero lo más triste es que hoy se sigue haciendo pero esta vez, no en una hoguera para quemarlos si no a través de las redes sociales. Un abrazon compañero, gracias por pasarte por aqui.
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