La leyenda de la sirena

mermaid-Songkhla-Thailand

Cuenta la leyenda
que en el mar del norte
se hallaba una sirena
buscando a su hombre.

Más un día un llegó
un hermoso tripulante
seducido por su canto,
se enamoró al instante.

La felicidad era completa
hasta que un conocido del joven
le dijo que su prometida
guardaba una fortuna enorme.

Le preguntó a la sirena si eso era verdad
más ella le dijo que era de su padre
que lo guardaba por si habría necesidad
allí donde se conocieron, bajo el monte.

El prometido enfurecido
le reprochó estar pasando hambre
trabajar día y noche
pudiendo vivir por el amor al arte.

Más ella le dijo que no fuera desagradecido
pues tenía trabajo, pan
y un amor que duraría para siempre.

Pero la avaricia de aquel hombre
le cegó completamente
robándole a su fiel amor,
para gastárselo en vino y amantes.

Cuando la sirena se enteró
lloró desesperadamente
convirtiéndose en estatua de oro
para maldecir a todo aquel que no ame como se debe.

Así todo hombre que seducido
se ve por el canto y el brillo de la sirena,
si no tiene un corazón de oro
con un solo contacto se convierte en arena.

Los gigantes no caídos

batalla

Tengo el cuerpo magullado
y el alma compungido
por una tiránica y estúpida creencia
de los gigantes no caídos.

¿Y venís a pedir explicaciones?

Decidle al que os manda
que cuando en tierra de soldados
se hallen bajo espadas
luchando mano a mano
y no entre almohadas,
cuando sean golpeados
pisados por cientos
y le maten a quien más aman
sin que puedan hacer nada,
entonces señor,
se ganarán mis respetos
y hablaré con ellos
pues sólo con las manos manchadas
llegarían a entender la crudeza
de un mandato
que se ha llevado cien mil almas.

Diminuta

Cuenta la leyenda
que las diminutas
son seres especiales
difíciles de encontrar,
pero sí lo haces
eres afortunada como la que más.

Yo por suerte
me encontré con una
de gran corazón,
tan bella por fuera
como por dentro.
Tanto es así,
que su cariño me regaló.

A ella a veces no se la ve
pero se la siente,
junto a ti,
ella siempre está presente.

Pues tiene el gran don
de que conociéndola
tu vida cambie
pero a mejor.

Por bandera

Juguemos… ¿ Alguien se atreve a escribir el final de esta poesía?

Cabalgaré hasta que muera
con ahínco seguiré buscando
para encontrar la bandera
por la que seguimos luchando.

Malignos Ogros,
Ondinas y silfos
custodian las tierras
por las que yo ando.

¡Venid conmigo
cantemos bien alto!
Ahuyentemos a las bestias
que hoy creen estar al mando.

Y así fue que se unieron
los humanos mano a mano
espadas al cielo,
por la paz batallaron.

Había una vez

Había una vez
tres niños y una madre,
ésta les enseñó
un hermoso aprendizaje.

Un cinco de febrero
les regaló unas semillas,
les dijo que debían plantarlas
y regarlas día a día.

Todos se preguntaron
que sentido tenía
pues aquel regalo
de nada les servía.

Su madre les dijo
que si cuidaban la planta
frutos grandes les daría
y además sabrían
que tipo de persona serían.

Pasaron las semanas…
el uno seguía regando con alegría,
el segundo dubitativo
empezó a decir que no sabía,
empezó a cuestionarse si hacía bien lo que hacía.
Y un tercero dijo que era absurdo
dejándolo al siguiente día.

Meses más tarde,
el segundo deprimido dijo que se rendía
pues había esperado demasiado
y era muy complicado cuidar la planta
pues seguía diciendo que no sabía.

Un año después,
el primero consiguió tener frutos
mientras que los demás
no disfrutaron de ninguno.

Entonces su madre les preguntó:
¿Sabéis porque el si tiene y vosotros no?
No es el hecho de que os halláis rendido,
tan solo es una cuestión de percepción.

Vuestro hermano siempre creyó en sí mismo
en lo que podía llegar ser y hacer
la vida no te regala nada
te lo has de merecer.

En todo lo que hagáis
debéis ser constantes
pues de lo contrario
nada lograréis.

Y si algo no sabéis,
hacer como hacen las plantas
y salir a buscar lo que necesitéis
pues ellas cuando no tienen luz
colocan sus hojas hacia donde el sol esté.

De ese modo llegaréis a ser grandes,
de ese modo sobreviviréis,
y seréis felices porque hermosos frutos recogeréis.

En busca de la Lleida

Una historia os vengo a contar,
las orejas debéis afinar
pues una moraleja tiene escondida,
¿seréis capaces de decírmela al final?

Allí en lo más profundo de los bosques
vive una pequeña criatura,
imperceptible para el ojo humano,
es un ser de luz y de alma pura.

Siempre vivió alegre
como son todos de su misma especie
contento con todo lo que veía
pues aquel mundo
era una fantasía.

Más un día como otro cualquiera
en su poblado se escuchó un leyenda,
todo aquel que desee la completa felicidad
deberá ser capaz de atrapar a una Lleida.

Así el chico se disputo a buscarla
trazó mil y un camino para alcanzarla
y fue poco a poco consiguiéndolo
hasta que un día llegó a apresarla.

Era tan diminuta
que no le fue suficiente.
El quería más,
se puso en marcha a por el siguiente.

Pasaron los años
de objetivo en objetivo,
todo un plan trazado,
tenía que conseguirlo.

Pero se hizo mayor
y ya su cuerpo no le acompañaba,
demasiados riesgos
para un viejo
que ahora se marchitaba.

Entonces fue cuando se dio cuenta
pues todos sus amigos eran felices,
nunca fueron a buscar a la Lleida
estuvo siempre delante de sus narices.

La felicidad no se atrapa
se siente en cualquier parte,
se olvidó de vivir
y ahora ya era tarde.

No aprendió a disfrutar
de lo que tenía delante,
pues los pequeños momentos
las cosas de ensueño
esos, son lo que te hacen boyante.

Así con lágrimas en los ojos
se recostó en la almohada,
tanto tiempo perdido
pensando en alcanzarla.

Sus alas dejaron de lucir
y con un suspiro en la garganta
llegó el pobre anciano…a su fin.

 

Yadoma

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En la inmensidad del universo,
entre planetas inhabitados,
existe un micromundo
llamado Yadoma.
En él residen las desconocidas
fléchiras, hambrientas de sangre
se alimentan del dolor
y el amor lo asolan.

Más una se enamoró
de un joven humano.
Efímero y
rápido fue su amor
pues su madre, la reina
lo mató con sus propias manos.

Y hoy se encuentran cara a cara
pasado los años, madre e hija,
se enfrentan en combate
en las tierras de los humanos.

Paz, amor y libertad.

gran-caballero

En los reinos de castilla
un caballero es reclamado,
pues a desafiado a la corona
por un pobre desamparado.

Cuán grande es su coraje
que defiende a los desvalidos
pues no duda en quitar al rico
para dárselo a los niños.

Por cien caminos de tormentas
va cabalgando como si nada,
riéndose de aquellos insolentes
que lo quieren fuera del mapa.

Pues prefiere morir perseguido
que no contrariado a sus valores:
Siendo la Paz, el amor, la libertad
y la igualdad de condiciones.

Libertad

hoguera

Qué falta es el saber
lo que el hombre no entiende,
qué dañino puede ser
curar los males de la gente.

Cuatro mujeres en línea,
una avanza.
Cuatro mujeres pecaron,
condenadas en la plaza.

No soy bruja,
soy una mujer inteligente
¿Qué clase de personas sois
que me tratáis de hereje?

Me mandáis quemar
¿En qué posición os pone eso?
Insolentes subyugados
abrid los ojos, para ellos
no sois más que carne y huesos.

El coraje de un corazón valiente
no fue de aquellos que condenaron,
fue de las mujeres que quemaban
porque todas ellas lucharon.

Gritaron al viento
«Libertad»
Lágrimas de rabia y pena
por una ingrata humanidad.

Allá en las montañas

Allá en las montañas
hay una tropa de cien mil hombres
que esperan como fieras
que caigan nuestros nombres.

Nos doblan en armamento y caballos
pues es el ejército de la corona
esos, que nos esclavizan con cadenas
y que violan a nuestras mujeres
antes de que llegue la aurora.

Tienen sus oídos cerrados
por la avaricia del rico
pues el diálogo no escuchan,
prefieren castigar a nuestros hijos.

Ellos, que vinieron de las tierras fronterizas
Ellos, que asesinaron a sangre fría a nuestro rey
que beben nuestras aguas
y nos hacen vivir según su falsa ley.

¿Permitiremos semejante agravio?
¡¡¡No!!!!
Entonces, ¿Por qué lucharemos?
¡¡¡¡Por la libertad!!!!
¿Qué somos?
¡¡¡¡Supervivientes!!!!
¿Por qué viviremos?
¡¡¡¡Por la dignidad!!!!
¿A qué no le tenemos miedo?
¡¡¡¡A la autoridad!!!!