¿Cómo puede un vaso contener un huracán?
¿O cómo pones diques a un río desbordado?
¿Cómo no sentirse locamente enamorado
de una mujer que ansía ser gavilán?
Impredecible cual hoja caída del nogal
que viaja airosa sin conocer su paradero,
más hermosa es su cara, su cuerpo entero
siendo este servidor quien ansía volverlo a tocar.
Fervientes son sus besos endulzados
y sus caricias palpitantes de infinita ternura
que me tienen completamente maniatado.
Enfrascado en la más hermosa de las locuras
anhelo su compañía como un loco desquiciado
sentado, soñando en rozar su linda figura.