Chasco

Crying

1982, con el poncho sobre mis hombros

recorro las praderas con mi rebaño.

Me paro, me desnudo y me baño

bailando en el agua llega mi asombro.

Dos hombres fuertes como Conan,

me sonríen y se unen a la luz de la luna.

Su belleza es excitante,

se aproximan a la laguna.

Mi cuerpo estalla

cuando a mi lado se posicionan.

Que bajita me siento

y que altos que son,

es una pena que sean…

homosexuales los dos.

¿Qué te diría tu cuerpo?

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Al principio todo era perfecto
pero no se en qué parte del camino
te hice daño para que me lastimes
siendo tan cruel conmigo.

Te pasas la vida restringiéndome la comida
y un buen día porque tu lo has querido,
me llenas de manjares y delicias
¿Cómo quieres que no me guarde,
si me matas de inanición a la vuelta de la esquina?

“Es que mi cuerpo me lo pide”, sueles decir.
Me echas la culpa de ser yo,
de ser quien te pide azúcar
pero en realidad has sido tu
el que se vuelve a drogar
porque no soporta para nada
el sentimiento de soledad
o no puede dejar las manos quietas
porque la gula le hace probar.

Deja de darme porquerías
y dame comida de verdad,
¿Cómo te sentirías si día a día
en un tanque de estiércol fueras a parar?

Sé que no me elegiste
y soy lo único que tienes
pero trátame bien
o no llegarás a diciembre.

Constelación de pareja

Bajo la oscuridad y el silencio de la noche,

bajo la luz justa para iluminarte,

nos echamos uno junto al otro,

soñando con la mirada hacia el cielo.

Me rodeas con tu brazo mi cuello

y con un exiguo aliento

cada estrella del firmamento

me dices que es un beso, un abrazo nuestro.

Formando parte del universo de la vida,

juntas constituyen nuestra constelación de pareja.

Aunque parezca un sin sentido,

hacen que la lobreguez desaparezca.

De otra forma

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Y te preguntas:

¿Qué vida tiene el pájaro

si le cortan las alas?

¿Qué vida tiene el pez

si le quitan sus branquias?

A lo que yo le respondo:

Caí, y soy la mitad de la nada

caí, pero aún me queda mi alma.

Ausentes se encuentran mis piernas

soñando volver andar sobre la tierra mojada

corriendo entre las piedras,

sintiendo sus caricias en mi cama.

Pero aún me quedan mis ganas:

de bailar y correr hasta que el sol se esconda

de llevarla acurrucada entre mis brazos

y sentirme embriagado por su aroma.

Y no siento pena

porque lo hago, pero de otra forma.

Libro medio terminar

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A veces en la vida nos olvidamos de vivir, de compartir. Tenemos mucho trabajo que hacer, muchas cosas que atender y dejamos a un lado lo que verdaderamente importa: tu familia, tu pareja y tus amigos. Aquellos que siempre están ahí a una llamada telefónica, con aquellos que siempre que hablas es como si todo siguiera igual, nada cambia. Pero llega un día y dejas de escribir historia con esa persona, dejas de compartir buenos momentos por pequeños que sean. El libro que teníais se ha quedado en blanco y te das cuenta de que tú solo no puedes escribir porque necesitas a la otra persona. Eso te entristece porque después llegan los días en los que no rememoráis nada más que los momentos que fueron pero que ya no están, habláis de lo superfluo pero no profundizáis, queréis quedar pero no hay tiempo. Os queréis, eso si es cierto, pero ya no tenéis una vida conjunta, vivís vidas separadas unidas por un teléfono. Ya no os enriquecéis uno del otro como lo hacíais antes, es un vaso… que se ha quedado medio lleno.

Es hora de arreglarse

¡Por dios santo que cara!

¡A ver por donde empiezo!

Llevo días sin arreglarme

y es que con tanto trabajo,

en esta vida no hay quien pare.

Tengo unas cejas…

que no son dos, ¡son una!

se han hecho pareja,

y no hay quien las desuna.

Tengo unos poros…

muy negros y cabreados,

con carteles y banderas

me han echo un piquete:

¡De tu nariz y tu moflete

no nos moverás, no te pases de lista

o tu cara se hinchará!

Y que bigote señor mío,

que ni el mismísimo aznar

que si me hubiera visto en su día

se le quita la idea de gobernar.