O no…

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Cuando creo que todo va bien, que por fin he podido olvidarte, vuelves a mi vida como si nada. Una simple llamada tuya desata sentimientos que habían caído en el olvido. Escuchar tu voz y saber que estas al otro lado de teléfono le da un vuelco a mi corazón, me deja sin aire y los nervios a flor de piel. No sé que decir. Me pides que nos veamos que hace mucho tiempo que no lo hacemos y no sé por qué pero te digo que sí, total es lo que hacen los amigos. No debería haber aceptado o sí, no se, el caso es que al día siguiente ahí estás para poner mi mundo patas arriba. Hermosa locura que siempre aparece cuando más la necesito… o no. Solos en la misma habitación, no puedo concentrarme con tu respiración, tengo miedo de desearte, de pasar tiempo contigo y darme cuenta lo mucho que conectamos y lo fácil que parece todo. Nos conocemos demasiado, tanto que me da pavor por si hago algún gesto más expresivo de lo que debiera y te diga que te sigo queriendo. Me da pánico bajar la guardia porque estas tan metid@ en mi vida que no puedo echarte y siento que no voy a ser capaz de contenerme de caer en tus brazos. Irresistible cada centímetro de tu cuerpo. Somos como dos imanes que se atraen y no pueden negar la fuerza que les une. Quiero escapar de ti… o no.

Por favor, déjeme que le diga

Usted que viene injuriando mi persona

que difama calumnias sobre mi familia

y damnifica a todo ser que envidia

siendo usted la que traiciona.

Por favor, déjeme que le diga.

No pierda su tiempo en agravios

ni en maldades sin sentido

pues no soy quien se detiene

con alimañas de poco estilo

Pues aquellos que merecen mi atención

no son borregos de poca monta

que vociferan sin educación

siendo el dinero lo único que les importa.

Cómprese un cerebro

que le tiene lleno de agujeros

y cómprese una vida

que la tiene vacía y perdida

Déjese de estupideces

y madure, por favor

que ya va siendo hora

de que aprenda la labor.

BARCOS DE PAPEL

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Han pasado quince años desde que vio por última vez un barco de papel como aquel. Recuerdos. Las manos le tiemblan, no puede evitar llorar. Todavía es capaz de recordar con la misma intensidad los besos, los abrazos y las caricias que encierran cada pliegue, cada doblez. De repente sonríe y cierra los ojos. Fueron tan bonitos aquellos cuatro años que no los hubiera cambiado por nada. Esa paz, la tranquilidad y el amor. Su amor. Coge el barco con temor por lo que pueda desvelar, ¿qué pondrá esta vez? Han pasado muchos años desde que se separaron, la despedida aún le arde en la piel. ¿Cómo se puede querer a alguien tanto y tener que dejarlo? Fueron muchas las circunstancias y fue más tarde, cuando el tiempo se encargó de acallar el reclamo de ambos. Separados a miles de kilómetros… pero ahí estaba de nuevo esa figura de papel. Símbolo de su unión, de lo que fueron y de lo que no llegaron a ser. Lo abre poco a poco entre suspiros y sollozos mientras sus lágrimas empapaban la carta. “Querida amiga, son muchas las cosas que tengo para decirte, para darte. A pesar de la distancia y la lejanía de nuestras vidas, me interesé por saber de ti. Siempre supiste cómo vivir con una sonrisa en la cara a pesar de las adversidades. Eres increíble. Me hubiera gustado haber crecido junto a ti, sin que nada los no impidiera pero no pudo ser. Hoy estoy aquí para decirte que te quiero. Que siempre te quise y que creo que es el momento de retomar nuestra historia y escribir nuestro final”. Cuando levantó la mirada de la carta pudo verlo aparecer, lucía más mayor pero con el mismo porte y seguía igual de atractivo que siempre. Tiró el papel al suelo y antes de besarlo le dijo: Te he estado esperando, capitán.

LA PRIMERA CITA

¡¡He aquí!! que quede constancia

del esfuerzo inhumano que una mujer ha de realizar

siendo más aún, cuando no es delgadita

y ha quedado con un hombre para su primera cita.

El suplicio empieza cuando hay que vestirse,

de primero las medias, que si tiras demasiado

te quedas sin ellas.

Y fijate tu qué casualidad

Que justamente no te quedan ni una más

Seguimos por la faja reductora…

introducirse en ella es una batalla campal,

tiras y tiras y no haces más que sudar.

Te recoges las carnes para meterlas

ya que no quieres que sobresalga

ni un kilito de más.

Cuando has conseguido entrar,

sigues tirando para poderla cerrar

mirando siempre que no te pilles

el michelín que asoma y quieras llorar.

Ahora viene el vestido que te has de poner,

sería sencillo si hubieras creído

que una talla más, es la que sueles tener.

Te lo metes por el cuello, ¡bien hecho!

lo jodido viene bajarlo del pecho

y no te digo nada con la cremallera

que pareces una bailarina flamenca

haciendo aspavientos y cantando jaberas.

Tocan por fin los tacones

esos zapatos que tienes y adoras

que no te hacen daño, te devoran

las medias, los pies y hasta el hueso

si te descuidas y te pasas de hora.

Pasamos al maquillaje

no hay sufrimiento, sólo asquete

pues de los pringues que te das

estas viscosa como los moquetes.

Qué si crema, base y antiojeras

máscara de pestañas y polvorete

te pintas de arriba a abajo

pareciendo, sin duda, un payasete.

Te miras la hora, llegas tarde.

No pasa nada, siempre hazle esperar

que vaya pidiendo y bebiendo

para poderte aprovechar

Pues cuando estéis en la cama

y te quiera desnudar,

ya estará bien calentito

para no ver tus carnes estallar.

Ten cuidado cuando te sirvan la cena,

pues con el trajín que has tenido

estás sacando los ojos de las cuencas

por el ansía de comer que te alberga.

Controlas a la bestia

y te comportas como las damas,

cuando realmente comerías

como una cerda a dentelladas.

Muy de vez en cuando miras el teléfono,

no para la hora, no para los sms

si no para fijarte que no te has dejado

nada entre los dientes.

Al baño más de una vez has de visitar

para controlar que todo sigue en su sitio

y te largas de allí sin más

porque con todo aquello que llevas puesto,

no hay cojones de mear.

Hojas en el suelo

Hojas en el suelo

por un amor cautivo.

Hojas en el suelo

por un amor de no olvido.

Sábanas que huelen

al dulce aroma de un hombre.

Embaucador, te ama y bien te goza

cuando el sol más se esconde.

El reloj se apresura llegada la hora,

dejándote con ganas

antes de que llegue la aurora.

Te dice que eres la única

que sus brazos envuelven

pero te sumerges al placer

a pesar de lo que esconden.

Hojas en el suelo

entre gritos complacientes.

Hojas en el suelo

a pesar de ser consciente.

Rimas

Una rima me han pedido

y yo no sé si he sabido

pero aquí está, concedido

Quiere más, pues bien le explico

que no soy poeta ni escritor,

no me haga mucho de pensar

facilito amigo, que pierdo el hilo

Más las rimas yo las tengo

en mi cabeza van surgiendo

y es que hay algo que yo no entiendo

¡Cúan de largo se está haciendo!

Pues las palabras vienen y van

suben y después bajan

es difícil de explicar

como se unen para rimar